¿Qué es una tarjeta virtual?

Se trata de tarjetas que literalmente no tienen formato físico. Igual que una tarjeta tradicional (o sea, física), esta cuenta con número, código de verificación y caducidad. También, como cualquier otra tarjeta, pueden ser emitidas por bancos o fintechs. En teoría, al ser digital, no podrías usarla en tiendas físicas. Sin embargo, puede solucionarlo si la vinculas a plataformas de pago.

¿Las tarjetas virtuales son seguras?

La respuesta corta es sí. Pero vamos a desarrollar. 

Como puedes notar, la diferencia principal entre las tarjetas virtuales y las tarjetas tradicionales está en el formato. Aunque la clave está en un detalle: su fin principal es el realizar compras, por lo que es el usuario quien deposita dinero en ella, de manera que los fondos son limitados y controlados.

Además, al no tener forma física, no pueden ser robadas. Si se intentase un robo y fuera exitoso, solamente se tendría acceso a los fondos depositados. Aunque, para evitar ese tipo de problemas, siempre tendrás la opción de apagarla si no la estás usando.

Por otro lado, ya que son fáciles de contratar, una tarjeta virtual puede ser una gran opción para alguien que no dispone de una cuenta bancaria. Y ya que estas tarjetas están pensadas para ser usadas online, las operaciones tienen efecto inmediato.

¿Cómo funciona una tarjeta virtual?

Siempre que contratas un servicio financiero, hay algunas cosas que debes tener en mente. Por ejemplo, los gastos derivados y las condiciones de servicio. 

No todas las tarjetas cobran por emisión o mantenimiento, sin embargo, si deseas retirar dinero de un cajero deberás pagar una comisión. También, tendrás que considerar el límite de fondos y si existe un depósito mínimo.

Si adquieres una tarjeta virtual a través de una fintech, la Condusef ha dado algunas recomendaciones muy importantes. Y es que hay que recordar que en México, este tipo de empresas de tecnología financiera, aún están en proceso de regulación, por lo que carecen de la seguridad que puede ofrecer una entidad financiera regulada.

Según la Condusef existen dos tipos de fintechs autorizadas:

• De financiamiento colectivo o crowdfunding, a través de las cuales se pone en contacto a solicitantes de crédito con inversionistas.
• Las de fondo de pago electrónico (wallets o monederos electrónicos), que sirven para compras, pagos, envíos de dinero y domiciliación de servicios.